Me encantó ese final, una realidad que se ha vuelto monotonía; como un ballet que se repite con cansancio, cada vez más cerca de ese borde que lo haga terminar.
Infinitamente más cerca del borde mientras los movimientos de los bailarines se hacen más lentos. Los finales agónicos son los peores. Besos, Juan Ojeda.
2 comentarios:
Me encantó ese final, una realidad que se ha vuelto monotonía; como un ballet que se repite con cansancio, cada vez más cerca de ese borde que lo haga terminar.
Un fuerte abrazo, bellos versos.
Infinitamente más cerca del borde mientras los movimientos de los bailarines se hacen más lentos.
Los finales agónicos son los peores.
Besos, Juan Ojeda.
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